Inspirada en una historia real ocurrida en Villarrica, Tolima durante La Violencia en Colombia, ‘Lobo’ pone a disposición elementos artísticos en un mismo escenario para ahondar, desde una estética preciosista y el teatro japonés, en las profundidades del ser humano.
‘Lobo’ se presentará en El Delia el viernes 23 y sábado 24 de febrero a las 7:30 p.m. Es una pieza creada por la compañía Los Animistas, en un formato que da un lugar especial a lo estético: combina teatro de muñecos, teatro de actores, danza y música en vivo, este último, como un elemento que la compañía ha explorado en los recientes montajes.
Este espectáculo basado en el teatro japonés que conserva una estética preciosista, (un movimiento social y cultural de naturaleza barroca), cuenta la historia de Roberto Wolf, un campesino tolimense que vivió un episodio olvidado por la historia colombiana: la historia de Villarrica, Tolima. Su director y dramaturgo, Javier Gámez, cuenta que “en el 55 hubo un bombardeo en la vereda La Colonia, ubicada en la parte alta de Villarrica, fundada por un colono húngaro George Wolf, padre de Roberto. Fue un momento álgido pero borrado por la historia”. Gámez recrea esta historia que conoce de cerca, “es una historia que no se tomó de registros sino de lo que vi, una historia que tengo en la piel”.
En la obra se narra el encuentro de Roberto y Natividad, su esposa, cómo resistieron y atravesaron una larga época de guerra en la historia colombiana, narrada a la luz de muñecos, danza, teatro, con una perspectiva rica y multidisciplinar.
En esta obra Aleteya, uno de los personajes centrales personifica a “la verdad”, una diosa. Gámez explica, “Ponemos esto en un lugar muy profundo. Invitamos al espectador a un encuentro con la verdad interior: algo común en el teatro oriental, que fue en el que se basaron para el montaje”. El Director menciona, desde su visión y puesta en escena, lo que diferencia al teatro occidental y el oriental en torno a la verdad: “en el teatro occidental se habla de una verdad para afuera, una verdad que se muestra, que se tiene que manifestar, que decir. En el teatro oriental y, en general, en la literatura y las narrativas orientales, el cuento es pa’ dentro, al interior de uno mismo”. Sus historias buscan motivar a las personas a que se vayan a su interior.
Así pues, Lobo busca que los espectadores entren en una relación con la verdad íntima, personal. Javier afirma “si no te dices la verdad a ti mismo, es muy complejo que puedas participar de una verdad colectiva. Esa es la perspectiva y el horizonte desde donde nos relacionamos en nuestra compañía, particularmente en este montaje”.
La obra aborda un relato conmovedor, ya que George Wolf, padre del protagonista, huye de la primera guerra mundial, pero en Colombia se encuentra con otra guerra y allí muere. “Es poner sobre la mesa la situación del colombiano. ¿Cuántas generaciones llevamos viviendo la guerra?, ¿en qué momento se pone en evidencia la fragilidad de la memoria?, ¿cómo conquistar la verdad interior y enfrentarse a ella?” cuestiona Gámez.
Actualmente Robert Wolf, su protagonista está vivo, tiene 92 años. Gámez conoce a Roberto Wolf, desde niño, ya que es el esposo de un familiar cercano. En su adolescencia, junto a su hermana, se interesaron en su historia, en la historia de su papá.
Sobre la puesta estética de la obra Javier menciona que “hay una reacción muy bonita, la gente se va contenta por el preciosismo de la obra. Hemos puesto mucho empeño en la dirección de arte a cargo de Katerinn Acevedo, en donde desde la escenografía, el vestuario, los muñecos, la iluminación de Víctor Hernández, un trabajo muy pulido. Es una obra que se ve muy bien, es agradable a la vista y estamos complacidos por eso”.
Gámez habla también de las puestas en escena en torno al conflicto armado en Colombia y el papel transformador que muchas veces se le atribuye al arte: “Es un exceso de optimismo pensar que el teatro va a hacer transformaciones sociales si desde el interior no se hace. No soy muy abanderado del poder transformador. El teatro da un aporte que motiva a echar un vistazo hacia adentro. Muchas obras que tocan el tema político, se quedan en una mirada muy externa y no creo que ese sea un lugar desde donde se construya mucho”.
En Lobo, además, hay muchos talentos para resaltar. De esta obra hacen parte Jorge Bernal, bailarín; los titiriteros Lucho Tangarife y Henry López; Víctor Hernández en el papel de la diosa; actrices y actores como Juan Barona, Juliana Herrera y un texto muy cuidado y verdadero a cargo de Javier Gámez.
El Delia extiende una invitación especial a sumergirse en esta obra y en nosotros mismos, por medio de una realidad vivida y atravesada por miles de colombianos y que aún se siente extendida en el tiempo, en el presente. Una obra que nos invita a cuestionarnos y mirarnos desde adentro, desde nuestras realidades y verdades para conocernos, para crecer y poder dar, poder hacer parte de un todo desde un interior mucho más consciente y responsable.