Desde la Perla del Pacífico colombiano, ocho jóvenes se reunieron en 2015 para formar un proyecto musical. Esta idea los llevaría a alzar la voz frente a las injusticias que ocurren en su territorio, pero también les permitió dar a conocer la belleza de su Tumaco natal.

Todo inició hace hace cinco años cuando Harold Tenorio decidió volver de Francia, lugar en el que cursó sus maestrías en musicología e ingeniería social. Inmediatamente se vinculó con la Fundación Folklórica del Pacífico Sur Tumac, una escuela cultural fundada en 1969, que reúne a jóvenes para formarlos en artes como danza y música. Ahí nació Plu con Pla.

Desde entonces han recorrido el país presentando su EP No más Velorio, con un formato que fusiona los ritmos  tradicionales de la costa del Pacífico, incluyendo el currulao y el bunde, con géneros como el reggae, el hip hop y otros sonidos electrónicos. Además, su música los ha llevado a romper fronteras y a presentarse en el extranjero representando la cultura de su región en países como Francia.

Con cerca de setenta mil reproducciones en Youtube, Plu con Pla ha logrado consolidar canciones como Insistimos y Vos sabés, composiciones en las que retratan la realidad de una población tumaqueña que vive en medio del contraste generado por la desigualdad social y la belleza de sus paisajes naturales. 

En entrevista con el Teatro Colón, cuatro integrantes de la agrupación: John, Fernanda, Jair y David, hablaron sobre los inicios de la banda, los proyectos a futuro y sobre la importancia de la música como herramienta de resistencia.

¿Cómo surgió Plu con Pla?

Nació hace cinco años en la fundación Tumac, cuando Harold llegó de estudiar en Francia. Nosotros ya teníamos experiencia en la música tradicional del pacífico, pero él manejaba otros instrumentos que no habíamos explorado. Empezamos a tocar y así empezó todo. Luego decidimos presentarnos en el Petronio Álvarez en la categoría de fusión, no pasamos y nos fue regular.

Sin embargo, trabajamos duro para el siguiente año donde logramos el tercer puesto. Desde ahí el proyecto empezó a ser conocido y seguimos con Plu con Pla.

¿Qué recuerdan de la experiencia en el Petronio Álvarez?

Fue una ventana muy importante porque empezamos a mostrarnos como agrupación y como banda. Conocer tanto público fue algo grande y bonito para nosotros. Haber ganado el tercer puesto entre tantos artistas no tiene explicación, fue como si hubiésemos quedado de primeros porque ganamos a la gente.

Como fuimos los que sacamos el puntaje perfecto en las eliminatorias antes del evento, la gente nos miraba como “¿estos qué fue lo que hicieron?”. Una experiencia totalmente distinta: dormir temprano, descansar antes del evento y sentir el miedo en la tarima. No sabíamos si tocar o correr.

Plu con Pla hace referencia a un plato local: “plumada con plátano”. Pero, más allá de la anécdota gastronómica, ¿cuál es el verdadero motivo para haber elegido este nombre?

Es porque a los que somos de Tumaco nos decían “los come plu con pla”, pues plu viene de la plumada, un pescado espinoso que solía comer solo la gente muy pobre y que se acompañaba con plátano. Nos molestaban a los tumaqueños con eso, se burlaban y era para pelea. 

Entonces nosotros decidimos poner este nombre para decir “sí, comemos plu con pla y acá seguimos”. No es una vergüenza, al contrario, es un sinónimo de resistencia y estamos para cosas muy buenas.

¿Cómo lograr una fusión entre los ritmos tradicionales y los nuevos géneros musicales?

La música de la agrupación parte de la tradición y no queremos salirnos de esa zona. Basados en eso, luego exploramos otros ritmos como el hip hop o el reggae para combinarlos con la música tradicional. Eso lleva algo de trabajo. 

También escuchamos mucho la naturaleza para ensamblarlo. Para que la gente también se sienta atraída a lo que hacemos, tratamos de acoplar la música tradicional a esos otros géneros, por ejemplo, ahora último grabamos una canción en la que estamos explorando el afrobeat.

¿Qué acogida han tenido con esta propuesta musical?

La música tradicional estaba aislada y los jóvenes no querían escucharla, pese a que al fin y al cabo es algo nuestro. Aquí en Tumaco la cosa ha ido creciendo bien y en otros lugares hemos sentido también que sí estamos pegando, pues siempre hemos tenido muy buena acogida a donde vamos.

También pensamos en cómo le llevamos nuestro mensaje a la gente para contarles lo que está pasando acá. De ahí surgen nuestras letras. Hay muchos que las escuchan y se sienten identificados, dicen “wow, tenemos que cambiar”. Esto nos emociona porque queremos llevar un mensaje social y crear conciencia.

Hablemos un poco sobre la Fundación Tumac…

Tiene 50 años, nació en un barrio peligroso como lo es La Comba y fue fundada por el maestro Francisco Tenorio. Es una fundación sin ánimo de lucro que trabaja con niños y adolescentes, a quienes se les enseña cosas como música tradicional, danza y modistería. En este momento estamos en diferentes colegios, en los barrios y ya llegamos a la zona rural. La misión es potenciar nuestras creencias y conservar la tradición del Pacífico.

¿Es verdad que construyen sus propios instrumentos?

¡Eso es lo chévere! En la fundación, además de enseñarte a bailar y tocar música, también aprendes a construir tus propios instrumentos. Es un proceso que nos vuelve músicos especiales. Aquí hacemos marimba, wasa y bombo. Todos sabemos de todo, en eso consiste la fundación. Y estos instrumentos son los que usamos en nuestras presentaciones.

¿Qué tan importante es la música como herramienta de resistencia?

Para nosotros es muy importante porque la música nos ayuda a sacar niños y adolescentes de la violencia. Sentimos que sí rescatamos gente. La música llega a muchos lugares y te aporta. Eso es lo que queremos, que quienes escuchen nuestras canciones tengan un conocimiento de lo que se vive acá en Tumaco, tanto de lo bueno como de lo malo.

También nos ayuda a construir sueños y transformar el entorno. Por ejemplo, en el barrio donde nosotros vivimos no hay ningún grupo de delincuencia porque todos hemos sido músicos o bailarines. Acá la fundación ha hecho su trabajo. 

¿Somos indolentes a la realidad que se vive en el país o simplemente nos acostumbramos a las injusticias como algo cotidiano?

Yo creo que estamos acostumbrados a que ya se vive así, pues conozco a muchas personas que tienen su pensamiento de “yo tengo mi plata, mi empresa y mi vida”. Sin embargo, no diría que somos indolentes, hemos visto llorar a personas tras escuchar nuestras letras. 

Quizás ya estamos acostumbrados a un estilo de vida que directa o indirectamente nos afecta a todos. Lo duro es aceptar las cosas y decirlas. Por eso Plu con Pla lo hace a través de la música.

En sus letras muestran la realidad de Tumaco como una tierra de contrastes. ¿Por qué decidieron elegir ese camino?

Todavía estamos explorando. Le cantamos a la tierra, a nuestras vivencias y a nuestros arrullos, aunque es verdad que nos hemos enfocado en la denuncia. El que compone normalmente es Harold y nosotros aportamos a la letra, pero es difícil escribir sobre otras cosas cuando esto es lo que se está viviendo.

Hay que darle voz a los que no tienen voz. Nosotros también somos seres humanos, tenemos sueños y necesitamos oportunidades. Si podemos contar esto, ¿por qué no hacerlo?

¿Cómo fue la experiencia europea?

El maestro de tesis de Harold organizó un festival en Francia y nos invitó a participar. Fue toda una experiencia desde hacer el papeleo hasta mirar qué ruta nos salía más económica. Todo era nuevo para nosotros, principalmente el encontrarse con otra cultura, por ejemplo, acá estamos acostumbrados a comer arroz pero allá se ve poco, solo ensaladita y no más. 

Lo más bonito de todo era ver que allá tan lejos conocían nuestra música y que la gente intentaba bailar o que quería tocar la marimba. ¡Muy chévere!

¿Qué canción le recomendarían a una persona que no conozca Plu con Pla?

• Jair (vocalista): “Desde el cielo porque es una canción tradicional que me lleva a disfrutar ese sentir”.

• John (marimbero): “Vos sabés porque me recuerda a mi padre que fue víctima de la violencia y a mi infancia”.

• Fernanda (vocalista): “Soy de esta tierra. Como su nombre lo dice, habla de nuestro territorio, de la tranquilidad y paz de nuestro Pacífico. A mí me encanta”.

• David (percusionista): No más velorio. Solo eso pido que no haya más ni en Tumaco ni en el mundo entero”.

¿Qué proyectos vienen a futuro?

Trabajamos en la creación de las canciones para un nuevo álbum. Dios quiera que acabe la pandemia para grabarlo. También queremos reforzar un poco las redes sociales porque tenemos falencias en eso.  Finalmente, andamos estudiando nuevos ritmos e incorporando nuevos instrumentos porque la música puede más que el COVID.