Inspirado en los haboobs, las inmensas nubes de arena que viajan grandes distancias impulsadas por el viento, nace Habūb, escrituras de arena y agua. Un relato sobre las conexiones imperceptibles de nuestro planeta. Una metáfora representada en estas partículas viajeras que atraviesan el océano desde el Sahara para fertilizar el territorio amazónico y una invitación a conectar nuestras voces y entender las redes que dan vida a nuestro territorio.

“Es una obra que nos ayuda a entender la grandeza de la naturaleza y un espacio de contemplación, de mirada intensiva y reflexión, para conmoverse”, explica Carmen Gil Vrolijk, directora de esta puesta en escena y quien hace parte del colectivo artístico La Quinta del Lobo. Esta es una creación atravesada por la constante pregunta de cómo hablar desde el arte contemporáneo por, para y desde los pueblos originarios de este territorio, sin incurrir en la apropiación cultural. Para lograr aproximarse a esta pregunta, los integrantes de La Quinta del Lobo pasaron varios días en La Chorrera en el Amazonas, lugar donde ocurrió el genocidio cauchero hace un siglo, dispuestos a un ejercicio de escucha. Durante ese tiempo, atendieron las voces de las comunidades sobrevivientes Uitoto, Muinane, Bora y Ocaina, para sumarlas en la construcción de un relato junto con la voz de la selva.

Durante su estadía los artistas fueron impactados por la paz que se siente en el territorio después de haber sufrido tanta crueldad. Una paz derivada de la decisión de sus habitantes actuales de dejar atrás la violencia y cerrar el canasto del sufrimiento para abrir el de la abundancia. Así, la conversación entre los artistas y los representantes de los pueblos originarios se centró en saber más del conocimiento que sobrepasa la comprensión humana, el del mundo invisible. Para Carmen, una de las mayores enseñanzas del viaje fue sobre el respeto de las mismas comunidades por las cosas incomprensibles de la naturaleza. “Está ese ser que es superior a todos, esa pregunta de cómo nosotros en el antropoceno nos hemos puesto en el centro y nosotros no somos el centro”, explica.

Así nació Habūb, escrituras de arena y agua. La historia que hace visible de forma simbólica la conexión entre el desierto del Sahara en África y el Amazonas en América del Sur. Una puesta en escena que plantea una forma de narrar la selva desde el arte incluyendo las voces de sus habitantes y no solamente las de los colonos y el hombre blanco. Un proceso artístico de investigación y escucha plasmada en una experiencia inmersiva, con la interacción de imágenes, música en vivo, elementos tecnológicos, artistas multidisciplinares e invitados de la selva, que lleva a los asistentes por una travesía intercontinental. El público está dentro y no al frente del escenario. Una configuración posible gracias a la sala para las artes expandidas Fanny Mikey del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella.

Habūb, escrituras de arena y agua hará parte de la programación del segundo Encuentro del Agua y la Tierra en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella que se inaugura el próximo 21 de marzo. Las funciones de Habūb serán de jueves 21 a domingo 24 de marzo y de jueves 28 a domingo 31 de marzo.