El próximo 9 de abril, en la nueva sala Delia Zapata Olivella del Centro Nacional de las Artes, el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado se conmemorará con la obra ‘La vida de las ausencias’. Una puesta en escena para escuchar las voces de las madres buscadoras con dignidad y transformar el dolor en arte. 

‘La vida de las ausencias’ es una creación colectiva desde la experiencia teatral, sensorial y poética; tejida desde las vivencias de las madres buscadoras y jóvenes participantes de Villavicencio y Mesetas (Meta). Esta propuesta artística hace un aporte en justicia, verdad y reparación de quienes más han sufrido las inclemencias de la guerra, mientras sensibiliza a la ciudadanía como herramienta para la no repetición. 

Para Amparo Buzato, madre buscadora víctima de la violencia, “este espacio en el Centro Nacional de las Artes tiene un significado muy grande, son señas que lo que hemos logrado haciendo visibilizar, con la memoria de nuestros desaparecidos, se está viendo reflejado. Bendito sea Dios, eso para nosotros es grande y valioso porque ya no estamos en el olvido, nos están escuchando y nos están viendo muchas personas”. 

Bajo la dirección de Ariane Denault Lauzier, esta propuesta recoge distintas expresiones de la técnica del Teatro del Oprimido, una herramienta de diálogo para la transformación de conflictos creada por Augusto Boal (Brasil), donde la participación del público es clave y determinante. 

“Es una apuesta de la Corporación Cultural Municipal de Villavicencio y de la agencia de cooperación alemana GIZ a través de su programa ProPaz II, en la que llevamos dos años fortaleciendo habilidades en materia de artes escénicas de estos actores naturales, que buscan representar y de alguna forma canalizar todo ese dolor y sufrimiento que han tenido que padecer a lo largo de los años con la desaparición de sus familiares. Y, precisamente, convertir todas esas emociones en una herramienta para generar un mensaje sobre la importancia que estos hechos no se vuelvan a repetir en ninguna parte del país”, explica Edith Agudelo, directora de CORCUMVI.