PROGRAMACIÓN
INSTALACIÓN Y PERFORMANCE
El Primer Encuentro de Pueblos Originarios llega al Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella
10:00 a.m. a 6:00 p.m.
Lobby Sala Delia Zapata
Calle 11 # 5 - 60 Bogotá, Colombia.
La Fiesta de las Mojigangas
Julieth Morales
Las Mojigangas son rituales que anteceden a la práctica ancestral del trueque. La actividad se realiza en los primeros días de noviembre, en el que se celebra el año nuevo por la comunidad Misak y la llegada de los difuntos, de los mayores. Dentro de la tradición, las Mojigangas aparecen como hombres que se disfrazan durante el ritual y son los únicos que pueden ser partícipes.
Las Mojigangas personifican diferentes máscaras en el acto, cambiando su voz y haciéndola parecer a la de su personaje: el abuelo, el bebé, el matrimonio, el diablo, entre otros. No se habla español durante el ritual y solo se habla Nam trik.
Exposición: Juegos violentos
Edinson Quiñones
Toda su producción plástica e intereses son autorreferenciales y procesos de sanación. Marcan el tránsito de su experiencia de vivir en el campo y después su consecuente traslado para habitar la ciudad. Los modos de ver y percibir los territorios la hoja de coca que va de la planta ancestral y sagrada, hasta las lecturas mediáticas relacionadas con el tráfico, los grupos organizados de mafias y la inevitable identidad de lo nacional relacionada no solo como país productor sino generador detonante de violencia. Es ese el tema que se trata en instalaciones, intervenciones, dibujos, fotografías y vídeos, recreando, relacionando, develando, señalando y centrando un problema que ya parece hacer parte de nuestra idiosincrasia.
Nepechugal
Julieth Morales
Serigrafía sobre rebozo Misak
Nepechugal, en un lenguaje mezclado entre el español y el Namtrik. Nombra al conjunto de collares que las mujeres Misak utilizan, desde las gargantillas blancas hasta los cruceros hechos en plata con simbología católica, pues el sincretismo hasta nuestros días ha significado la posibilidad de tener una identidad propia a partir de un símbolo prestado e incluso, como en este caso, un símbolo de dominación religiosa. Estos collares son cargados por los cuerpos de las mujeres Misak desde la colonia y heredados por generaciones para ser testigos de la resistencia del cuerpo en el territorio y la fuerza espiritual sobre los símbolos religiosos.
Somos vasijas hechas de la misma tierra
Interlocución:
11 y 12 de agosto: 2:00 p.m. y 6:00 p.m.
13 de agosto: 10:00 a.m. y 4:00 p.m.
Performance:
11 de agosto: 5:00 p.m.
12 de agosto: 4:00 p.m. y 5:30 p.m.
13 de agosto: 11:00 a.m. y 2:00 p.m.
León David Cobos
Es una apuesta artística en la que se utilizan las vasijas de barro como elemento que hace parte de la historia de las familias colombianas. Sana y suena la verdad, busca contribuir con la reconciliación, el perdón, la sanación. Esta exposición invita a la reflexión sobre lo que implica el conocimiento de la verdad: “si bien se requiere conocer la verdad, también es necesario dar un paso al frente y decidir avanzar en la construcción de un país que reconoce la historia y la dignidad del otro y la otra que está al lado, y que es diferente pero que hace parte del todo que compone la familia, la sociedad y el país”, menciona León David Cobo, artista sonoro, creador de la exposición.
Los paisajes sonoros y cantos Muiscas son de lugares en Sumapaz y tienen la intención de conectarnos con la verdad del corazón y la maravillosa posibilidad de sanación.
Chumbe Portsik
Performance:
11 Y 12 DE AGOSTO: 6:30 P.M.
Sala Delia Zapata
Julieth Morales
El Chumbe es un ritual indígena en el que se envuelve a un niño para protegerlo de los malos espíritus y energías. Habla del origen y del espíritu de la naturaleza que nos enseña sobre el cuidado de la Tierra; es además un elemento simbólico que representa un código de origen con los colores del arcoíris. Cuando el arcoiris toca las lagunas se engendran los primeros guambianos, los indígenas Misak.
En el performance Julieth toma el chumbe que simboliza ese mito y en la acción recoge el chumbe de su abuela, el de su madre, sus tías y el suyo. A sus 23 años, ella misma se envuelve y desenvuelve desde los pies hasta la cabeza repitiendo esta acción cuatro veces, haciendo alusión a un acto ritual y de limpieza que busca el equilibrio entre el territorio y el espacio mestizo.
